Poner en marcha iniciativas que impulsen la transformación digital en Recursos Humanos es fundamental para mejorar los procesos específicos del sector, liberar al personal de tareas repetitivas que no crean valor agregado y mejorar la operatoria.
No obstante, cuando llega el momento de transformar digitalmente el área, algunas empresas cometen errores que pueden disminuir la eficiencia de la implementación. Te contamos cuáles son las equivocaciones más habituales.
Cuando hablamos de transformación digital nos referimos a la utilización de herramientas y tecnologías digitales en los procesos empresariales con el objetivo de automatizar tareas habitualmente realizadas por los humanos y, de esta forma, liberarlos de su ejecución.
En términos de rendimiento organizacional, transformarse digitalmente ayuda a las compañías a modernizar su operatoria, optimizar la estrategia empresarial y, en consecuencia, a aumentar la productividad.
Si bien la transformación digital en Recursos Humanos implica el uso de herramientas para automatizar procesos específicos del sector —como, por ejemplo, liquidación de sueldos, documentación de legajos, registro de licencias y ausencias—, su impacto va más allá de la mera operatoria, dado que conlleva un cambio de cultura que fortalece a las organizaciones.
¿Por qué decimos esto? Debido a que la implementación de instrumentos digitales en RRHH no solamente aumenta la eficiencia y la productividad, sino que, a la vez, genera un impacto positivo en la toma de decisiones. Además, mejora la gestión del talento, impulsa la accesibilidad y la flexibilidad, ayuda a retener el talento, reduce costos, favorece la integración y la innovación.
A pesar de tener amplios beneficios para el sector, la puesta en marcha de procesos de transformación digital en el departamento de RRHH no está exenta de errores. A continuación, te contamos algunos de los más habituales.
Uno de los primeros errores tiene que ver con no tener certeza sobre qué es un proceso de transformación digital en Recursos Humanos y qué implica para el área.
Esta realidad se torna aún más preocupante si tenemos en cuenta que muchas empresas inician la transformación sin saber realmente cuáles son los aspectos que debería abarcar.
Algunas compañías inician la transformación digital sin haber fijado una estrategia clara o un plan establecido que determine objetivos a conseguir en el corto y largo plazo.
Otras, por su parte, comienzan el proceso sin analizar el punto desde el cual parten, es decir, la capacidad tecnológica, cultural y de capacitación de la que disponen.
Es imprescindible entender que la gestión del cambio es una parte fundamental para la transformación digital. De modo que uno de los factores a considerar es, justamente, tener un plan para gestionar los cambios al interior de las organizaciones.
Transformarse digitalmente no es algo que pueda hacerse una única vez y para siempre, sino que se trata de un proceso que requiere múltiples iteraciones y evaluaciones constantes para encontrar puntos de mejora y hacer los ajustes necesarios para alcanzar los objetivos.
En vez de entenderlo de esta manera, algunas organizaciones creen que se trata de una acción que se ejecuta una sola vez y ya queda lista para ser usada de manera automática.
Otro error habitual en el enfoque está relacionado con hacer hincapié excesivo en la tecnología, pensando que transformarse digitalmente es adoptar nuevas herramientas, cuando, en cambio, implica redefinir los procesos y la cultura empresarial.
Por considerar que es algo que atañe únicamente a los distintos departamentos por separado, en ocasiones, los directivos de las organizaciones no se involucran en la transformación, ya que consideran que deben centrarse en la estrategia de negocio.
No obstante, para que la transformación digital en Recursos Humanos —y en cualquier otro sector— funcione, es imprescindible que los cargos más altos se involucren en la estrategia, impulsando un liderazgo claro y comprometido que propicie el cambio organizacional.
Transformarse digitalmente implica poner en marcha tecnologías, mejorar workflows, analizar datos y gestionar procesos. Para hacerlo con éxito, es fundamental contar con colaboradores con las capacidades digitales adecuadas.
Si el equipo no está capacitado, es altamente probable que no puedan adaptarse a los cambios y que no sean capaces de usar de forma adecuada las nuevas herramientas, lo que obstaculiza la transformación.
Este es uno de los errores más comunes a la hora de impulsar la transformación digital en Recursos Humanos. Hay algunas organizaciones que consideran que destinar dinero a la introducción de herramientas digitales en sus procesos y a la capacitación de los colaboradores para que sepan utilizarlas es, simplemente, gastar dinero.
En realidad, se trata de una inversión que, si está correctamente implementada, traerá beneficios en términos de productividad y rentabilidad.
A pesar de que aporta numerosas ventajas a sus labores cotidianas, la transformación digital puede generar incertidumbre en los empleados, llevándolos a pensar que pueden ser reemplazados y que sus puestos de trabajo están en peligro.
Para evitar esta situación, es importante comunicar de manera clara y efectiva los objetivos del proceso, los cambios que se van a realizar y cómo impactarán en sus tareas.
Finalmente, otra de las equivocaciones más habituales de las compañías consiste en plantear la transformación digital en función de lo que hacen aquellas empresas que desarrollan la misma actividad y ofrecen las mismas soluciones al mercado.
La clave para el éxito de un proyecto de implementación de herramientas digitales no radica en copiar lo que hicieron los rivales, sino en entender qué instrumentos funcionan para cada organización, teniendo en cuenta sus particularidades y necesidades.
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