Control de asistencia por reconocimiento facial: alcances, ventajas y consideraciones éticas

El mercado laboral está en constante movimiento y se transforma gracias a la tecnología. Un claro ejemplo es el control de asistencia por reconocimiento facial, un sistema biométrico que elimina los métodos manuales, ofreciendo una solución moderna, precisa y ágil para la gestión de la jornada laboral.

Mucho más que una moda pasajera, este procedimiento está ganando popularidad entre las organizaciones que buscan optimizar la gestión de sus recursos humanos. Además de asegurar la exactitud de los registros, su implementación minimiza errores y reduce los costos operativos asociados al seguimiento de la asistencia del personal.

A continuación, exploramos qué implica esta tecnología, cuáles son sus principales ventajas operativas y analizamos las consideraciones legales y éticas para su implementación en el territorio argentino.

¿Qué es el control de asistencia por reconocimiento facial?

Así como sucede en otros departamentos corporativos, el área de Recursos Humanos también incorpora procedimientos y herramientas que optimizan sus procesos, liberan al personal de tareas tediosas, ahorran dinero y potencian la experiencia de los empleados.

La adopción de soluciones que facilitan el control de asistencia por reconocimiento facial es un claro ejemplo de este escenario.

Cuando hablamos de reconocimiento facial, nos referimos a una tecnología biométrica que utiliza patrones únicos del rostro de una persona para identificarla o verificar su identidad.

A través de algoritmos avanzados, el sistema escanea una imagen facial para un mapa de ese rostro, teniendo en cuenta los puntos nodales clave para el reconocimiento, como la forma de la nariz, la distancia entre los ojos, el contorno de la mandíbula, etc. Esto le permite crear un código facial o plantilla biométrica.

Una vez identificados estos puntos, el sistema realiza un trabajo de comparación con otras caras hasta identificar a la persona que se encuentra frente a él.

Aplicados al ámbito laboral, los sistemas de reconocimiento facial permiten registrar de manera precisa la hora de entrada y salida de los colaboradores.

En lugar de utilizar tarjetas, huellas dactilares o firmas manuales, el trabajador simplemente se para frente a un dispositivo (smartphone, tablet o un terminal) por unos segundos.

El sistema verifica su identidad en la base de datos de plantillas biométricas, dejando constancia inmediata de su presencia y de los horarios de inicio y finalización de su jornada de trabajo.

5 ventajas de controlar la asistencia a través de este sistema biométrico

El control de asistencia por reconocimiento facial ofrece un conjunto de beneficios clave que lo convierten en una excelente opción para la gestión del talento.

Estas ventajas no solo impactan en la eficiencia operativa y la seguridad, sino que también optimizan la experiencia del empleado.

Precisión y eficacia

La principal fortaleza de esta tecnología radica en su altísima precisión. El sistema biométrico garantiza que la presencia de cada trabajador se registre con exactitud, eliminando los errores comunes asociados a los métodos manuales o las tarjetas de fichaje.

Esto se traduce en una mayor fiabilidad de los datos horarios, fundamental para una gestión de nóminas precisa.

Seguridad

Al utilizar datos biométricos únicos e intransferibles, este método combate el fraude, imposibilitando maniobras de suplantación de identidad y fichajes realizados por terceros.

Además, el sistema garantiza que solo el personal autorizado acceda a la jornada laboral, elevando la seguridad general en el control de acceso a las instalaciones.

Ahorro de tiempo

La automatización del registro se traduce en un considerable ahorro de tiempo tanto para los empleados como para el departamento de recursos humanos.

Gracias a este método, los colaboradores no tienen que hacer filas, manipular tarjetas ni recordar claves. Por su parte, el personal de RRHH no tiene que pasar largas horas revisando registros manuales, ganando tiempo para dedicarse a tareas de mayor valor estratégico.

Flexibilidad

Gracias a los avances tecnológicos, el control por reconocimiento facial otorga una gran flexibilidad operativa. La solución no requiere necesariamente un terminal fijo.

Esto permite el fichaje desde distintos puntos o dispositivos, adaptándose perfectamente a las nuevas realidades laborales como el trabajo remoto o el personal que trabaja en distintas sedes o locaciones.

Facilidad y comodidad

El sistema es sumamente cómodo y fácil de usar. El empleado solo necesita acercar su rostro, sin necesidad de recordar contraseñas, llevar tarjetas o manipular superficies.

Esta facilidad de uso mejora la experiencia del empleado, reduciendo las fricciones administrativas y las frustraciones, aspectos que contribuyen a un ambiente de trabajo más positivo y eficiente.

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