Parte intrínseca de la identidad corporativa, la marca empleadora cumple un rol fundamental en la atracción y retención del talento. Su importancia es tal que es uno de los primeros elementos que se pone a prueba cuando una organización atraviesa una crisis.
Ante cualquier situación adversa que perjudique la imagen de una organización, la atención no debe centrarse únicamente en el público y los clientes. Proteger la marca empleadora exige una evaluación rigurosa de cómo la empresa es percibida por sus propios empleados y por el talento que busca atraer
Una gestión proactiva y transparente en tiempos difíciles es crucial para mantener la confianza del talento y salvaguardar la reputación de la organización a largo plazo.
En esta nota, abordamos qué cuestiones pueden poner en jaque a la marca empleadora y revelamos qué estrategias permiten gestionarla de manera efectiva durante circunstancias turbulentas, consolidando a las compañías como instituciones fiables dentro del mercado laboral.
También conocida como Employer Branding, se trata de la reputación que una empresa tiene como lugar de trabajo.
No se trata solo de la percepción pública general de la compañía, sino de la imagen que proyecta, tanto a sus empleados actuales como a los potenciales. En esencia, es un conjunto de estrategias diseñadas para construir y comunicar la propuesta de valor que la organización ofrece al talento disponible.
En este sentido, tiene un doble objetivo: atraer a los mejores candidatos del mercado laboral y retener a los colaboradores actuales, optimizando la Employee Experience (EX) para asegurar la satisfacción de los colaboradores y potenciar el compromiso de la plantilla.
Ahora bien, existen algunos factores que pueden influir negativamente en la percepción de los colaboradores actuales o potenciales, poniendo en crisis la marca empleadora. Los más habituales son:
En un escenario de crisis, la protección de la marca empleadora se vuelve una prioridad estratégica. Las organizaciones que logran salir airosas de estos momentos son aquellas que actúan con transparencia, empatía y proactividad.
Después de todo, la clave reside en considerar los momentos conflictivos como una oportunidad para retomar los valores que busca proyectar en su imagen, desplegando una serie de estrategias.
En tiempos de incertidumbre, el silencio genera rumores y desconfianza. Es vital establecer canales de comunicación directos y honestos con los empleados.
Los líderes deben comunicar las decisiones de manera clara, explicar el por qué de las acciones y responder a las preguntas y preocupaciones del equipo. Esta transparencia interna es la base para que la confianza de los colaboradores no se pierda.
La forma en que los líderes se comportan durante los momentos turbulentos moldea la percepción de la marca.
Un liderazgo que demuestra empatía, que está presente para escuchar y que toma decisiones responsables, consolida la reputación de la empresa como un lugar donde el bienestar de los empleados es una prioridad.
Cuando ocurre un evento disruptivo, las organizaciones deben ofrecer recursos de apoyo, flexibilidad y comprensión.
Acciones como brindar acceso a programas de bienestar, promover el equilibrio entre la vida personal y laboral, o simplemente mostrar flexibilidad ante las circunstancias personales, demuestran un compromiso genuino con el equipo.
En lugar de dejar que los mensajes externos dominen la narrativa, la empresa debe potenciar las voces de sus propios equipos.
Si los empleados se sienten informados, valorados y protegidos, se convierten en los mejores embajadores de la marca. Instar a los colaboradores a compartir sus experiencias positivas en redes sociales y plataformas de empleo ayuda a reforzar la idea de que la compañía se ocupa de lo que sucede puertas adentro.
Las plataformas de empleo y redes sociales son un termómetro de la percepción pública. Por lo tanto, es importante monitorear los comentarios y responder a las críticas de manera profesional y constructiva.
Una respuesta centrada y honesta puede transformar un comentario negativo en una oportunidad para demostrar la madurez y la disposición de la compañía para mejorar.
Proteger la marca empleadora durante situaciones adversas requiere de la acción rápida de los profesionales de RRHH y los líderes organizaciones, quienes desplegar acciones que contribuyan al bienestar de los colaboradores y, por ende a la optimización de la EX. ¿Querés profundizar sobre alguna de las estrategias para impulsar la Employer Branding en tu empresa? Contactanos.